Saturday, July 10, 2010

Mi café


Soy una amante ferviente del buen café, ese café colombiano que te agarra de las caderas y no te suelta más o el brasileño que te calienta la sangre, uff eso si que es sensación, no como el comercial que decía que la tierra en lata que venden en Chile es "intenso", sí claro, intensamente dañino para el higado, las paredes del estómago hasta para la autoestima es malo, te poní fea tomando ese café, te hace mal hasta para la piel.
El buen café es sano, te vigoriza, es bueno para el pelo, para la piel, incluso para el líbido, no... si no hay como un buen café, ese que nuestros antiguos llamaban el "café café" por que era el verdadero.
Extraño mi café, me he visto forzada a tomar café descafeinado, es un asco, más encima sólo instantáneo me quería morir cuando no podía encontrar nada mejor que un tarrito verde o azul que era aún peor que el tradicional tierra enlatada, este más encima carecía de sabor a café, es lo peor, hasta que un día en rebelión a las recomendaciones de todo el mundo me escapé una tarde a la cafetería del caballero colombiano, ese que tiene la burra Juanita, ese que tiene bigote... bueno ya saben a cual me refiero, y pedi un latte con un rico muffin de arándanos, estaba esperando mi fabuloso café cuando de pronto miro al ladito y veo una bolsa de café de cepa arábica que decía "descafeinado" y no lo pude creer, más encima ya venía molido, no tenía que pasar por el tedio del molino... creo que tuve un orgasmo de cafeína, la poca que quedaba en mi organismo lo garré y sin importar el precio, lo agregué a mi compra, lo traje a casa apresuradamente y me hice una jarra completa...
Ustedes no me van a creer, era rico, era "café café" tenía sabor a grano tostado con amor y pasión y me agarró de las caderas y me dijo al oido " por fín estamos juntos", yo estaba en éxtasis. Increíble que finalmente había encontrado mi café "intenso" sin abrazar la taza con las manos ni nada, ningún cliché, sólo buen sabor.
Y así, hasta hoy compro mi café, ese de la burrita Juanita, del caballero de bigote que tiene cara de bonachón, se había convertido en mi favorito y ahora es parte de mi ser, es simplemente mi café.

Mi pelo color cobre

No me lo van a creer, me acordé que tenía blog, así es, estaba botao el pobre, en mi subconsciente sabía que me esperaba, pero mi consciente estaba abrumado con esta nueva pega que tengo, ser mamá. Por que es realmente una pega, que si lloran, que si gritan, que si te miran y te derriten, no todo es malo, no todo es bueno, pero te comen las horas como nunca lo imaginaste.
Sabía que tenía que volver a escribir algún día, me estaban pasando tantas cosas que no sabía que contar primero, así como un bombardeo de experiencias y me tomó por sorpresa, tanto que me ví sobrepasada por estos dos geniecitos que sin saberlo, me tenían a su merced.
Me he encontrado a las cuatro de la tarde sin ducha, sin peinado, sin perfume, ahí abandonada completamente, pobre, guacha, sin nadie que me echara una manito de gato o me dijera que me veía bonita, y cómo iba a psar eso si andaba como espanta pájaros, hasta hace unos pocos días que me cansé de mirarme al espejo y extrañarme tanto, teniendome pena y pensando que los meses que esté amamantando se pasan larguísimos y no tengo oportunidad de ayudarme con la dieta o siquiera hacer una que valga la pena llamar "dieta adelgazante".
Empecé por volver a lo que me gusta, mi pelo de color cobre, lo extrañaba, me parecía que era una mina extraña esa que miraba en el espejo de pelo oscuro y care poto más encima, cambié mi color y me cambió la cara y mi actitud. ¿Qué increíble lograr tanto con tan poco no? el color es fuerte, lo admito, pero me encanta, y con ese color no subo de peso, sólo adelgazo, por que las minas con el pelo colorinche y gordas parecen lolas de la noshe y yo quiero verme linda, no de la noshe, se entiende no?
Me re encanté, como si mi hada madrina hubiese usado su varita mágica, así de rápido. Y ahora me puse diva, me miro al espejo y me guiño el ojo, me encuentro rica, hoy hasta compré un buzo nuevo para hacer algo de ejercicios para ayudar a mi figura a volver a sus medidas.
Así que esta noche he decidido volver a escribir y contarles que después de unas cuantas vueltas en la cabeza, unos cuantos llantos escondida y unas pocas sensaciones que descubrí, estoy inmensamente feliz.