Wednesday, September 14, 2016

La imposibilidad del ser

Últimamente, he vivido tan intensamente que me quedaron huellas que no decidí no querer borrar. Descubrí rincones de mis silencios y mi oscuridad que no sabía que existían y aprendí a tejer máscaras más gruesas para que nadie pudiese ver mi corazón sangrante a través de mis ojos.
Guardé mi dolor y me acostumbré a mi soledad, le puse nombre, porque lo merece, a mis mejores sentimientos y los escondí, donde sé que sólo ese nombre sabe encontrarlos.
Se me secaron las lágrimas, no por dejar de sentir, por falta de un escondite donde seguir llorando y cuando volví a mirarme, sólo quedaba mi sombra, aquella que se mostraba defendiendo mi tristeza frente a un mundo que no entiende que mi corazón no está roto, está cautivo, y tiene síndrome de Estocolmo... crónico.
Sepan que no elegí sentirme tan increíblemente sombría, vacía y desesperada, eso no se elige, al menos yo nunca lo habría hecho. Sin embargo, me alegra haber dado todo, a quien yo decidí, se merecía mi todo, porque en un momento, durante buen tiempo, también me hizo sentir dueña de todo su amor.
Siempre recordaré todo, lo bueno, lo malo, pero en especial... lo único. Las primeras veces, las especiales y cuan especial siempre nuestro amor y nuestra vida fue durante todo el tiempo que el amor que había esperado toda la vida, me abrazó y se quedó conmigo.
Nunca seré la misma, siempre amaré todo lo que fuimos y siempre te voy a querer. Todo lo que prometí para tí, aún está intacto y descansa en tus brazos, nuestros paseos y nuestras conversaciones en cama, a los ojos... amándonos tanto, que duele estar separados...
Te extraño como loca, te quiero como siempre...
Con todo, sobre todo, eternamente, tal cual eres, mío.
🍓❤️⚡️